Yace en la cama. El aliento se agota. Alrededor todos saben y esperan. El silencio de la habitación es un mal presagio. La mujer de pelo blanco, tendida entre edredones, apenas es capaz de abrir los ojos. Los párpados pesan. Quieren abrirse. Luchan por mirar, por volver a ver. La tensión al observar el enorme …