Érase una vez una mujer que quería ser nube. Cuando veía que el cielo se encapotaba y la tormenta estaba próxima, subía al tejado del edificio y dejaba que sus compañeras nubes le abriesen paso en el cielo. Y volaba. Alto, volaba. Desde el cielo tupido descubría el perfil de su ciudad, recorría campos cercanos, …