Todo es desierto.
Brilla la arena.
Grano a grano brilla.
La luz aplasta el horizonte.
El sol cae a plomo sobre las dunas.
Los pies se hunden en las dunas.
No hay sendero en la arena.
No hay pasos en el sendero.
Los pies tropiezan con los pies.
Se dejan engullir por la arena.
Grano a grano, desaparecen.
El viento azota el paisaje.
Las dunas crecen, serpentean, bailan.
El viento golpea la arena
Nubla la vista el viento.
Todo amarillo.
Todo negro.
Pequeñas piedras golpean el rostro.
Punzadas en la piel.
En el terraplén de la dunas
Los pies resbalan.
Grano a grano.
Caen en un pozo de arena los pies.
El sonido del viento.
Azota un eco de viento.
Silencio atronador más allá del viento.
La nada.
Bajo el sol.
La nada.
Todo amarillo
Todo negro.
Silencio.
Viento salvaje.
Zumbido de arena.
Grano a grano.
Silencio.
Viento.
Silencio.
El teléfono suena.
En la otra habitación el teléfono suena.
Pero los pies anclados en la arena.
Una voz.
En la habitación contigua.
Al otro lado del cable una voz.
Quizás él.
Ella restriega la arena de los ojos.
Brilla el horizonte.
Agua.
Quizás espejismo.
Quizás oasis.
Avanza el agua.
Atraviesa las dunas.
Olas azuladas cubren la arena.
Grano a grano, la cubren.
El mar cubre el desierto
El mar.
Grano a grano.
Olas.
Ella se deja mecer por las olas.
El agua cubre su cuerpo.
Gota a gota.
Los pies abandonan la arena.
Flotan.
Los pies flotan.
Flota el cuerpo.
Ella nada.
Hacia otros horizontes
Quién sabe hacia dónde.
Nada.
Y descuelga el teléfono.