Roja, erguida, extiende ya sus hojas en una mesa situada entre el escritorio (el lugar que más utilizado de la casa) y el sofá del salón.
Allí está, como precursora de los días navideños que vienen, como recordatorio de los que se han ido de este año, casi todos.
La flor de Pascua llega, se instala como reina de la casa, destacando por la fuerza de su color y la elegancia de sus hojas, hasta que el tiempo -corto- vence su gracia, el rojo va apagándose y las hojas parecen encogerse debilitadas. Ese momento llegará, para ella, para todos los seres vivos, para nosotros y, cuando corresponda nos iremos, si es posible, repartiendo sonrisas, serenidad y cariño.
No creo en deseos formulados para una fecha concreta. Todo tiene que tener fondo y trasfondo, también los buenos deseos. Me permitiré, en estas fechas, compartir con vosotros, lectores, amigos, deseos sin fecha de caducidad.
En adelante, siempre, os deseo el mar. Su fuerza y su calma. La llegada cauta a la orilla, el arrebato de una ola que sacude la arena y modela la costa. Su inmensidad, bravura y ternura. Su permanencia.
Os deseo la luz. La de primera mañana arrebatando el negro de la noche. La del día abierto, añil, veraniego. La de la tarde nublada y acompañada tras cristales de niebla. La de anocheceres de lumbre, lecturas y sábanas compartidas.
Os deseo el arte. En las cosas cotidianas. En las relaciones. En vuestra casa, vuestra vecindad, en la ciudad que habitáis. En este mundo extraño que vivimos.
Os deseo la reciprocidad para esos sentimientos que os desbordan. La voz cálida de alguien al otro lado del teléfono en cualquier llamada, en cualquier momento. El abrazo que alberga y atrapa. La mirada que calma y estimula. La sonrisa que desborda el alma.
Mar, luz, arte y reciprocidad, combinados con el deseo de seguir siempre persiguiendo sueños, quimeras y utopías, propias y compartidas.Hasta el último momento de salud, hasta la última respiración.
Cuidaré esta flor de Pascua para que su tiempo sea todo lo largo que pueda ser. Para que sus hojas sigan ofreciéndonos su luz y el arte de su naturaleza cuanto sea posible.
Felices fiestas. Felices años venideros. Feliz vida.
Maravilloso y poético artículo, como todos los tuyos. Enhorabuena P or tu capacidad para hacer vibrar al lector. ¡Y qué envidia (sana). Feliz vida también para ti.
Precioso Pilar como siempre me parece maravilloso lo que has escrito te deseo igual lo mismo me parece tan bonito que me ha emocionado. Besitos