A veces te encuentras en la mirada de otro.
Una imagen puede devolverte mundos en los que jamás has estado, pero que hacen regresar a ti recuerdos, sensaciones, la voz de alguien, la sombra de un pasado que sientes cercano y lejano.
No sabía nada de un pueblo llamado Cespedosa (lamento mi desconocimiento) hasta esta mañana. No he visitado nunca este lugar de la provincia de Salamanca. Y sin embargo, el viaje por los años y las fotografías que ha realizado de forma magistral Juan Manuel Castro Prieto, al que nos invita desde las salas de Tabacalera (¡qué gran espacio este! ¡que bien encaja en este trayecto a la memoria del autor!) era también mi viaje.
Una silueta de espaldas en un paisaje,así se inicia el recorrido. Y unos versos de César Vallejo que se clavan también en la espalda.
La mirada del autor sobre Céspedes recorre los años de habitaciones, rostros y objetos. Es fácil recordar lo que no se ha conocido cuando nos trae tanta memoria de habitaciones, rostros y objetos de lugares que son nuestros, que amamos.
El desgarro de una almohada.
La familiaridad de unas gafas que esperan a alguien encima del hule de una mesa.
La soledad de una televisión, en su mueble adornado con tela floreada. El paño coronando el aparato, cubriendo parte de la pantalla. El ayer y el hoy.
Si, como indica Luis Peñalver, lo que tanto nos atemoriza es lo familiar hecho jirones, el recuerdo de lo que va desapareciendo. De lo que ha desaparecido ya, pero es tan próximo en la memoria.
Los niños y las sombras. El juego y el pasado. Y una frase inigualable de García Márquez que habla del puñal del desarraigo, del deambular sin rumbo por el territorio de los recuerdos. Así me he sentido hoy en esta exposición a la que volveré.
Las hermosas fotografías de Juan Manuel Castro Prieto me han devuelto al territorio de recuerdos y memorias de mis últimos trabajos, aún en montaje, aún indefinidos en tantos y tantos aspectos.
Y, como el niño de la foto, me siento jugando rodeada de sombras que desconozco.
Visitad la exposición y recordad porque Cespedosa es cualquier parte del mundo, de tu mundo.