Ver desaparecer el mundo alrededor, tal y como pensábamos que era. Detenerse e intentar sujetar pedazos del tabique de los sueños imaginados, a veces incluso cumplidos. Y no poder alcanzarlos, como si alguien los pusiese más lejos una y otra vez, hasta que al final se perdiesen en un inmenso horizonte de muros caídos. Volver …