La primavera desborda la Alcarria. La vega de Brihuega parece un paisaje del norte. Tras las lluvias un verde intenso lo domina todo.
Retrato la vega y sentada frente a este panorama de primavera desbordante, me hago algunas preguntas. ¿Qué es lo primero que uno hace cuando quiere grabar un documental? ¿Por dónde empezar? ¿Se sigue una «norma»? Sé bien que no hay un único método, los caminos para llegar a un tema son muy diversos y cada creador los afronta de distinta forma. Difiere según la materia, el momento, los protagonistas, las posibilidades de producción…tantas cuestiones. Cada trabajo es un reto diferente, conlleva un proceso singular y es maravilloso que sea así. El aprendizaje es intenso. Por supuesto, se aprende mucho del tema concreto tratado, pero también, de esos procesos cambiantes que en cada trabajo nos conducen al retrato final.
En cualquier caso, la preparación de un documental siempre empieza con la documentación y la observación -entendida a la manera de cada cual- del objeto que va a protagonizar el documental.
En el caso del trabajo que preparo, «Cruces», el protagonista es un determinado espacio y las historias que en él acontecen. Vamos a hablar de la muerte y, por contraposición, de la vida -no entro ahora en detalles, no es el asunto-.
¿Cómo acercarse al tema? ¿Cómo observar? ¿Cómo avanzar?
Grabo desde el primer momento planos de referencia. Observo, intento hacer mío el paisaje, pensar y sentir lo que me evoca, dedicar un tiempo a la introspección. Mientras observo, grabo. Los árboles, los muros y las plazas de Brihuega empiezan a conocerme.
Después de grabar «Ventanas» en un momento de arrebato, con una grabación que se realizó sobre la marcha como una reacción puntual a una visita a Auschwitz, afronto «Cruces» desde una óptica muy distinta -la diversidad de la que hablaba-. Quiero vivir un proceso lento, con una primera etapa de observación en solitario que servirá para preparar y avanzar la grabación, en la que ya se incorporará el equipo.
Grabar en esta etapa inicial me permite tener referencias de luz, de tamaños y posibilidades de planos, cambios en la dinámica del lugar según el momento del día, personajes que van y vienen al espacio que va a protagonizar el documental… Grabar implica la posibilidad de analizar este material posteriormente y que las ideas vayan concretándose. Grabar en alta calidad, supone también tener un material que puede ser susceptible de incorporarse a la edición final, si fuese útil.
En el caso de «Cruces», mi orden de preparación es:
- conocer bien el espacio, grabándolo con gran diversidad de tipos de planos, exhaustivamente. En este caso, tengo que hacer un apunte personal, Brihuega es el pueblo donde vivieron mis abuelos, donde nació mi madre, me interesa conocerlo a fondo más allá del documental, saber de las raíces, de un tiempo que no viví. Sé que ese elemento familiar, de búsqueda, aunque no tenga nada que ver con el documental en sí, es muy motivador y de una o de otra manera, enriquecerá mi visión de cara a cualquier grabación.
- en paralelo, lectura de todo tipo de información sobre Brihuega, tenga o no que ver con el documental.
- entablar la búsqueda de protagonistas, poco a poco, hablando con personas muy diversas del pueblo. Lo maravilloso del documental es que conociendo a los otros estableces un diálogo contigo mismo. Las preguntas de los demás, te hacen cuestionarte temas.
- realizar un esquema de guion para empezar a grabar. Siempre complicado, siempre cambiante.
Disfruto yendo y viniendo a Brihuega los fines de semana que resulta posible, a seguir avanzando en este proceso, retratando sus rincones, buscando las claves y encrucijadas del documental. Disfruto mucho siempre en los procesos de preparación, pero en este caso, siento una profunda tranquilidad cada vez que regreso a seguir observando y grabando. Cada vez me siento más próxima a estos paisajes alcarreños. «Cruces» se prepara poco a poco, con un gran disfrute.