Hay muchos cineastas de enorme valía en España. Muchos. Quizás no encuentran el eco que merecen, envueltos en las nieblas de crisis, cambios tecnológicos, nuevas formas de ver el cine, que aunque cada vez se consume más, se hace de manera diferente y, en parte, sin revertir en el sector lo que debería ser justo.
El sector del cortometraje es el mejor ejemplo. Lamentablemente el público general apenas tiene oportunidad de conocer la calidad de las películas de formato corto en España, tampoco el enorme éxito que obtienen nuestros cortometrajes en festivales internacionales. Hay cortometrajes visitando los certámenes de los cinco continentes y ganando premios muy importantes gracias, en primer lugar, al trabajo de los equipos de los cortos, que realizan películas diversas en género y en propuestas narrativas y estéticas, también a un esfuerzo intenso de distribución en festivales y eventos cinematográficos. Hay una inmensa creatividad que cuenta con escasas ventanas de proyección, apenas encuentra hueco en los medios de comunicación y, sin embargo, continúa produciendo películas de calidad que viajan a lo largo del mundo sorprendiendo a muchos espectadores más allá de nuestras fronteras.
Hace ya unos años leímos un guion que encerraba una historia breve que se desarrollaba en una escalera de vecinos. Aparentemente sencilla, bien construida, necesitaba que el guionista que, también iba a ser el director, la dotase de una buena puesta en escena. Al cabo de un tiempo, el guion había convertido en una película corta: “Siempre quise trabajar en una fábrica”.
Trabajar en promoción cinematográfica es un lujo, te permite ver crecer la trayectoria de muchos compañeros. Así, hemos tenido oportunidad de seguir la evolución de muchos cineastas del cortometraje, también de Esteban Crespo, el director y guionista de “Siempre quise trabajar en una fábrica” que ha continuado poniendo en pie nuevos proyectos de cortometraje a lo largo de los últimos años y ha rodado “Amar”, “Fin”, “Lala”, “Nadie tiene la culpa” y “Aquel no era yo”, este último ha conseguido más de 100 entrevistas en la prensa en los últimos días a partir de conocerse su nominación al Oscar 2014 a Mejor Cortometraje de Ficción.
Esteban y su equipo ha ganado esta nominación a pulso, plano a plano, con un trabajo intenso desde hace muchos años. Muchos cineastas españoles trabajan, secuencia a secuencia, una filmografía estupenda que no logra, sin embargo, el reconocimiento que debería tener. Pero, es emocionante cuando alguien lo logra. ¡Qué alegría para todos que “Aquel no era yo” sea la representación española en los Oscar! Como también fueron estupendas las nominaciones años atrás de «Esposados» de Juan Carlos Fresnadillo (1996); «7:35 de la mañana» de Nacho Vigalondo (2005); «Binta y la gran idea» de Javier Fesser (2007);»Éramos pocos» de Borja Cobeaga (también 2007)y, en animación, «La dama y la muerte» de Javier Recio (2010).
“Aquel no era yo” ha llegado a la nominación por sus propios méritos y con más de 90 premios en festivales nacionales e internacionales en su haber. Ahora, como hacen todos los candidatos en Hollywood (nos guste o no, es así), tiene que hacer promoción en Estados Unidos, una buena campaña, planificada, intensa, en la que Esteban y su equipo tendrán que invertir todas sus energías y que requerirá todos los apoyos posibles.
El cine español dedicó un aplauso emocionante a Esteban Crespo y a la candidatura de “Aquel no era yo” en la reciente Fiesta de los Nominados de la Academia de Cine. Ojalá este director y su equipo sigan contando con un apoyo tan entusiasta durante esta travesía emocionante y difícil que van a realizar durante este mes y poco que queda para la entrega de los Oscar.
“Aquel no era yo” puede ganar. También puede no hacerlo. Sea cual sea el resultado el próximo 2 de marzo, lo que está claro es que ha llegado muy lejos y que esto no solo es positivo para el equipo del cortometraje, lo es para el cine español. Hay que celebrarlo. Hay que apoyarlo.
Toda la suerte a “Aquel no era yo”. ¡A por el Oscar!
Me alegro mucho de esta cndidatura a los Oscar, creo que es un gran paso para el cine español, pero no debemos olvidar que este cortometraje existe gracias a las subvenciones, ¿que pasaría si no hubiese sido subvencionado? ¿por que no se mencionan los cortometrajes sin subvenciones nunca?
saludos!
Hola, Gael. Muchas gracias por tu comentario. Es difícil para cualquier cortometraje acceder a los medios de comunicación, que cada vez tienen menos recursos y que dedican su espacio de cine fundamentalmente a estrenos, festivales o noticias referidos a largometraje.
La producción de cortometrajes ha aumentado vertiginosamente gracias a una mayor facilidad de acceso a los medios técnicos en los últimos años. Hay cortometrajes subvencionados y no subvencionados (véase algunos que se presentan al Notodofilmfest, por poner un ejemplo) que se mencionan, poco, por lo que decíamos en el punto anterior, mucho menos de lo que nos gustaría a aficionados y cortometrajistas, pero se mencionan. En cualquier caso, tienes razón, no es un camino fácil.
Un abrazo y hasta pronto!