Las manos y la fascinación de sus gestos.
Que acarician. Que pegan. Que sujetan.
Que tejen, escriben, rasgan, tocan, arañan, susurran.
Los dedos bailando en el aire. Abanicando el sentir del hoy, quizás el de mañana.
La conversación sin palabras. El gesto que asiente. El que contradice. El que refuerza. El que duda.
Somos palabra en cada movimiento de nuestras manos.
La mirada nos define. El movimiento suave, vertiginoso, oscilante, sensual, cálido o gélido del volar de nuestras manos, también.
Esta madrugada distraigo el dormir revisando fotos hechas con el móvil en un viaje reciente a Zamora.
Me descubro fotografiando manos en esculturas y pinturas. Cada fotografía, cada mano, contando una historia. Allá van unas cuantas.
Somos manos que relatan.